Cuando registré esa lucha en apariencia sin relevancia, jamás sospeché que no sería lo último que vería de estos tres muchachos. Diez meses más tarde, durante nuestro show del 18 de mayo del 2014, cuando en cartelera habían pactadas cinco luchas, se nos informó que se había agregado un sexto combate “invitado” por los Campeonatos en Pareja de XNL. Los campeones defendían los títulos contra unos contendientes muy particulares. Probablemente ustedes adivinan que se trataba de los tres jóvenes luchadores antes mencionados. Pero ya no se parecían en lo absoluto a los novicios que había visto con anterioridad: su cambio de apariencia los había vuelto irreconocibles. Lentes de marco cuadrado, camisas a cuadros, barbas extravagantes, calzas coloridas y una entrada al ritmo de Harder, better, faster, stronger de Daft Punk. A esto se sumaba la tendencia de promocionar sus luchas usando una cantidad insoportable de hashtags, interrumpir sus combates en medio de la reyerta para tomarse selfies, beber café del Starbucks por litros y anunciarse a ellos mismos al hacer su entrada. Coke, Javo Avilés y Alex Gero (o “Coke.com”, “#JavoAvilés” y “@lex Gero”, como se hacían llamar en su jerga posmoderna) se habían convertido en Los Instagrammers, un trío de luchadores hípsters. Como siempre los anunciaba Coke, ellos eran "lo más post, de lo post, de post, de lo post, de los post, de los post, (…), de lo postmoderno". ¿Cuál fue el resultado de este cambio de imagen?
Si algún luchador necesitara clases de cómo generar una reacción en la audiencia, tan solo debería consultar con Los Instagrammers. Decir que los muchachos generaban gritos entre el público es poco: se conviertieron en un éxito instantáneo como villanos. Los presentes, irritados con el estilo de vida del trío postmoderno, siempre alentaban para que alguien les diese la tan ansiada paliza que merecían. Porque seamos realistas: todos alguna vez hemos soñado con darles su merecido a gente que presume demasiado de su estilo de vida “alternativo”. Sin embargo, el odio del público en breves instantes se contradecía con el asombro que generaban las luchas del trío. Combates extraordinariamente rápidos, cargados de adrenalina y con movidas aéreas arriesgadísimas tenían a los espectadores al borde de su asiento de principio a fin. Los Instagrammers volvieron como invitados varias veces más a LEGIÓN y mantuvieron encuentros excepcionales, fuertemente ovacionados, contra equipos como Culto al Cuerpo (Pedro Pablo Subercaseaux & Límite), Shocko & Pyro y los muy experimentados Atemista & Vigilante X3MO. Su trabajo los llevó en diciembre de aquel año a ser premiados por el público como “mejores invitados del 2014”.
Pero como todas las grandes alianzas de lucha libre, Los Instagrammers no iban a durar para siempre. El 16 de marzo del 2015, el trío tuvo su último combate juntos en LEGIÓN, tras lo cual Javo Avilés fue expulsado del trío; el término de la alianza llevó a los ex camaradas a una rivalidad que se prolongó durante meses, con Avilés buscando la revancha sobre sus antiguos aliados. Esta animosidad dio por resultado excelentes combates y trifulcas post combate. En ese entonces, Alex Gero y Coke habían pasado a formar parte oficial del plantel de LEGIÓN; además de tomar como maestro a Atemista, quien se encargó de pulirlos técnicamente, adoptaron una nueva actitud: ya no eran hipsters, sino un dúo de jóvenes cool, amigos de la fiesta, la juerga y la parranda. Calzas brillantes, lentes con luces y la actitud de excesiva seguridad sobre ellos mismos identificaban el nuevo carácter del equipo; ahora se llamaban simplemente “Coke & Gero”. Aunque no muchos tras bastidores estuvimos convencidos en un principio acerca del cambio de imagen, el tiempo le dio la razón al dúo, porque solidificaron su estatus como villanos: el público no soportaba ni su arrogancia, ni su traición a Avilés, ni sus artimañas poco éticas. Este estatus terminó de consagrarse cuando Coke & Gero formaron una nueva facción con el carismático argentino Jesse Lover y el talentoso técnico Salvatore Giuliano. Esta coalición denominada “Los Divinos” (o como Jesse Lover siempre los presentaba: “Para aquesshhos que no nos conocen, nosotros somos Los Divinos”) dominó la escena de LEGIÓN durante gran parte del 2015, y nunca fallaron en generar los abucheos de la audiencia. El cinismo y la soberbia, las estrategias poco éticas para ganar sus combates, su entrada vistiendo trajes caros y las antipáticas promos eran pecados que el público no estaba dispuesto a perdonar.
Por aquellos días llegó entonces una noticia que remeció a la lucha libre nacional. El legendario ex luchador ecuatoriano y ex comentarista de la World Wrestling Entertainment (WWE), Hugo Savinovich, venía a Chile para llevar a cabo un evento sin precedentes. “Full Destruction”, como se llamaría el evento, iba a tener de protagonistas a leyendas como Matt Hardy, Scotty 2 Hotty, The Hurricane y Savio Vega, entre otros. Este anuncio dio pie a otro aún más impactante: una Batalla Real entre 20 luchadores chilenos había sido concertada, y el ganador se convertiría en Campeón Nacional y tendría la oportunidad de enfrentar a un ex WWE. LEGIÓN iba a ser parte de ese combate, pero aún faltaba escoger a sus representantes. Los Divinos, Coke, Alex Gero y Jesse Lover –quién, para ese entonces, había desplazado a Salvatore Giuliano como líder de la facción y expulsado a éste del grupo de una manera poco glamorosa– unieron fuerzas con un antiguo rival, Don Segundo Santamaría, para hacer frente al equipo de Owen, Koryo, Díxel y su ex camarada, Salvatore Giuliano (ahora bajo su vieja identidad de KC Rock) en una lucha de 4 contra 4 con eliminación. Quienes sobreviviesen a ese encuentro representarían a LEGIÓN en Full Destruction. El 6 de diciembre, en el evento Inmortales, el combate tuvo lugar; aunque Coke y Santamaría fueron eliminados de la contienda, esto no impidió que Gero y Lover marcaran el conteo final sobre Owen para ganar el ticket de ida a Full Destruction.
Finalmente,
el gran día había llegado. La expectativa del público era enorme con
respecto al ganador de la Batalla Real, y muchos hacían sus apuestas. Lo
que pocos sospechaban ese caluroso 13 de diciembre es que iban a ver en
vivo el ascenso de
una nueva estrella. Cuando el combate comenzó, la situación en un
comienzo fue desesperada para LEGIÓN, puesto que Jesse Lover fue uno de
los primeros eliminados por osar burlarse del público chileno; fue
levantado por los aires por los brazos de varios luchadores y arrojado
fuera del ring entre los vítores de los presentes. A medida que
transcurría el encuentro, más luchadores eran arrojados por sobre la
tercera cuerda, y la incertidumbre crecía en cuanto la audiencia
observaba la carnicería sin fin. La audiencia contuvo la respiración en
el clímax de la batalla: los últimos dos en competencia eran El Artista
Anteriormente Conocido como Criminal, y Alex Gero. Tras un breve
intercambio de golpes, Gero arrojó a Criminal por sobre la tercera
cuerda en un inesperado desenlace para coronarse primer Campeón
Nacional. No obstante, el nuevo monarca en el trono tuvo poco tiempo de
celebrar. El luchador puertorriqueño y ex WWE, Carlito, hizo su entrada
al ring, y tras felicitarlo, lo tumbó con un descomunal lazo al cuello.
El combate estaba entonces pactado: Alex Gero v/s Carlito por el
Campeonato Nacional de Wrestling Superstar.
¿Qué futuro le aguarda a la lucha libre nacional con Alex Hero a la cabeza? El futuro es incierto y muchas cosas pueden suceder, mas una cosa es clara: es una oportunidad que la lucha libre chilena no puede desperdiciar. La llegada de luchadores internacionales a Chile y la apertura a la posibilidad de que talentos nacionales viajen a luchar al extranjero con éxito es una chance que no se repetirá; por tal, los promotores y luchadores nacionales deben tomar esta ocasión con mucha responsabilidad. Si quieren levantar nuestro deporte, es imprescindible el que sepan mantener una actitud profesional: la ruta la hacen ellos al andar.